" Seguro estaba yo de que esta propuesta (hoy hecho consumado) de escudo y bandera para la Comunidad de Madrid iba a desatar, y bien desatados, los extremos de la polémica. ¿No los desató la constitución de la propia Comunidad, con el inevitable coro de defensores y detractores? Es, a fin de cuentas, la novedad la que por sí misma merece de unos el aplauso y la repulsa de otros, aun yendo de por medio la Historia. Todo ha venido punto por punto a producirse, y para bien, conforme a lo esperado; que contrastar libremente opiniones signo es de democracia. Vieron la luz bandera y escudo con acentos de polémica y visos de parcialidad, a tenor, literalmente, de la "parte" o "partido" que cada quien tomó en el lance."