Don Jaime Astarloa es uno de los pocos maestros de esgrima que quedan en la España de finales del siglo XIX. De edad avanzada, subsiste dando clases a algunos alumnos. Dedica su tiempo libre a la que ha sido la obsesión de toda su vida: hallar la estocada perfecta. Un día, una misteriosa mujer, se presenta reclamando los servicios del maestro. No solo eso; además quiere que le enseñe la estocada de los doscientos escudos, uno de los movimientos más efectivos ideados por el maestro. Lo que don Jaime ignora es el verdadero motivo por el que la mujer recurre a él. Esta novela es la historia de un mundo de tahúres y mercachifles mantenido a distancia por un florete honorable. Pero es, sobre todo, una inquietante parábola sobre el poder del dinero, la ambición política y la extinción de los valores de honradez y fidelidad en los finales del siglo XX.