En las paredes de su cuarto no hay fotos de futbolistas. En su equipo
de música no suenan cantantes clónicos ni ritmos prefabricados. En sus
estanterías no se acumulan medallas deportivas. En su armario no guarda
ropa de marca, confeccionada siguiendo la última moda. En clase escucha
y toma apuntes... ¿Es motivo suficiente para llamarle "Eskoria"?
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