Los detectives del Equipo Tigre, Biggi, Patrick y Luc, están de vacaciones en un club de veraneo. En una de las fiestas nocturnas organizadas por el club para los clientes, Patrick cree ver un monstruo, y Biggi, ve como un avión tira a un hombre muy rígido al mar. Los chicos comienzan a investigar los extraños acontecimientos, pero pronto se dan cuenta de que alguien quiere impedirles que continúen con sus indagaciones. Sin embargo, el Equipo Tigre no se rinde, a pesar de las continuas trampas en las que alguien les intenta hacer caer. Primero sospechan de Bruto, un musculoso chico que siempre les está haciendo jugarretas, pero pronto descubren que quien está detrás de todos los misteriosos sucesos que tienen lugar en el club es Umberto, el monitor italiano de esquí acuático. Los tres amigos descubren a una red de contrabando italiano, que robaban estatuas de gran valor en diferentes países y que luego las arrojaban al mar, cerca del club donde los chicos pasaban sus vacaciones. Esto explica lo que Biggi vio durante la fiesta nocturna del primer día. Ahí entraba en juego Umberto, que escondía las estatuas en un antiguo barco naufragado, y las cubría con disfraces de monstruos para asustar a los intrusos. Luego esperaba a que los clientes fuesen al club y las vendía. El monstruo que creyó ver Patrick la noche de la fiesta en realidad era Umberto con su traje de buzo. Así, el Equipo Tigre desenmascara al verdadero culpable.