Marianela es una muchacha huérfana llena de carencias físicas y emocionales. Sin embargo, su labor como lazarillo de Pablo, un chico ciego, suaviza su dura existencia por los ratos que pasa con él en sus largos paseos y por el cariño que se profesan mutuamente. La llegada de Teodoro Golfín, el oftalmólogo que ve posible devolver la vista a Pablo, llena a Marianela de malos presagios. A través de los conflictos por los que atraviesan sus personajes, en Marianela Galdós hace un estudio detallado de sus caracteres, pero también de temas más trascendentes como la justicia, la verdadera caridad y los valores morales, e incluso los religiosos.