Desde la ventana de su cuarto, Ana ve pasar el tren todos los días. Un tren que nunca para, porque donde la niña vive no hay estación. Un día el tren se detiene junto a la casa y Ana recibe la invitación de subir en él. Así, descubre que se trata de un tren muy especial: en él recorrerá países de todo el mundo, y además tendrá que resolver el misterio que encierran siete enigmáticas cajas azules. La intriga, la fantasía y los juegos de palabras son los aspectos más destacados de este libro, uno de esos que ayudan a soñar y a vivir.