¡Cuántas fidelidades y traiciones, cuántas muertes y rebeliones han ocurrido entre los muros y torreones de los castillos españoles! ¡Cuántos acontecimientos que nos han convertido en lo que somos han tenido lugar en su sombre! ¡Cuántos castillos necesitaban muros imbatibles no para impedir que entraran los de fuera, sino que salieran los que estaban dentro! De ahí, por ejemplo, la larga tradición carcelera del castillo de Montjuich, en Barcelona, que, además, sirvió con mayor frecuencia para amenazar y dominar la ciiudad que para defenderla. Muchos grandes personajes poblaron y conocieron los castillos no como sus señores, ni huéspedes de éstos, sino como presos celosamente guardados, como César Borgio en Chinchilla de Monte Aragón y La Mota, o Jovellanos en el de Bellver, en Mallorca. Muchos de los castillos españoles están cargados de historia, muchos de ellos deben verse recorridos por numerosos fantasmas de nuestro pasado común, desde los tiempos más remotos, cuando los arévacos de Numancia se negaron a someterse a una potencia extranjera y prefirieron perecer en masa, hasta Figueras, en cuyo castillo de San Fernando se reunieron por última vez en territorio español, bajo la presidencia de Martínez Barrios, las cortes de la Segund República. El presente libro retrata 34 de los más de 3000 castillos que marcaron las tierras de los viejos reinos peninsulares y los hechos históricos que han contribuído a que se mantegan en nuestra memoria.