La autora analiza la figura del andrógino, considerada por la cultura patriarcal como anulación de las diferencias entre los géneros masculino y femenino, llegando a la conclusión de que esta es una imagen producida por el poder. Para argumentar esto se basa en el estudio iconográfico de imágenes contemporaneas, extraidas fundamentalmente del mundo artístico y publicitario norteamericano, estudiando su funcion ideológica y sus vinculaciones con el movimiento feminista. La obra se divide en tres partes: 1) "la melancolía de la separación y la desesperación del reencuentro 2) "las estrategias representacionales", y, 3) "el ideal impuesto: Los años 80". Incluye bibliografía.