Luego que su padre es asesinado por un sicario, la vida da un dramático vuelco para Carlos -el protagonista de esta apasionante novela- y también para su familia. Ahora sabían que debían correr por su vida. No obstante, la decisión de escapar no era fácil. Era imposible saber qué destino les esperaba y si alguna vez podrían llegarían a tener la certeza de que ya no corrían peligro. Este intenso relato no sólo pone de manifiesto de manera magistral toda la angustia y el profundo drama que representa el exilio, sino que también muestra cómo esta familia es capaz de reconstruir su vida y su identidad a partir del desarraigo y la adversidad. Aunque el relato remite a las tensas circunstancias que caracterizan hoy la vida en países como Colombia, esta historia refleja muy bien los traumas de la historia reciente de toda Latinoamérica.