Entre los majestuosos edificios de Segovia y los melancólicos versos de Becquer, las vidas de la dulce Ana, el ambicioso Alvarito y el valiente Mateo se entrelazan en una historia donde el poder del destino se mezcla con el intenso magnetismo de la ciudad. La epidemia de cólera de finales del XIX ha dejado a Ana huerfana de madre, a lo que se sumará, años despues, la ausencia de su padre, militar de la Academia de Artillería, que ha sido destinado a Cuba. Mateo Garrido es amigo de Ana desde niño, pues sus padres fueron cadetes a la vez en la Academia, y decide estudiar la carrera militar en la ciudad castellana siguiendo la estela familiar. Los Martínez han progresado mucho desde que eran suministradores de capotes para el Ejercito. Ahora nadan en dinero, pero este no les da la consideración social que ansía Ramona. Para ello planea emparentar con algún militar y pone sus ojos en Ana como esposa para su hijo Alvarito.