Cuando la empresa StarPro Energy le propone a Simón la participación en un experimento de un fármaco que permite no dormir, él acepta.
Le faltan horas en el día: tiene tres hijos y una mujer con una carrera profesional muy exigente, por lo cual él es el principal encargado de los niños, trabaja ocho horas al día en una oficina y vive intentando rascar algunos minutos que dedicar a su vocación: la escultura.
Utilizando las horas inútilmente desperdiciadas durmiendo, podrá tener tiempo libre e incluso hacer ese máster que dejó pendiente. También volver a ver a sus amigos, que le ponen al día de asuntos de actualidad como la amenaza de lostodoterreno, personas que acaparan todos los puestos de trabajo cobrando salarios ridículos y fomentando que las empresas se aprovechen de los trabajadores normales.
También hay quien dice que los todoterreno están vinculados a una secta y que pueden tener que ver con el número cada vez más alto de gente desaparecida. Aunque esto resulta inquietante, a Simón hay algo que le preocupa más: el fármaco no es lo que prometía y no dormir empieza a pasarle factura.